Viene el frío, y conviene estar preparados para cuando toque calentar nuestros hogares. Y uno de los sistemas más eficientes de generación de calor para instalaciones de calefacción y climatización, son las calderas de condensación. Su capacidad de aprovechar gran parte del calor que se pierde en forma de vapor de agua en el humo de la combustión genera un rendimiento extra que permite consumir entre un 15 y un 30% menos de gas según el tipo y uso de instalación. De hecho, cuanto mayor sea el consumo de calefacción más rentable es su uso, ya que su eficiencia se maximiza cuando la instalación trabaja a menor temperatura.
Ese archiconocido compendio del saber que es el portal Wikipedia las define como un aparato que produce agua caliente a baja temperatura 40-60 °C, con un alto rendimiento y, por tanto, emisiones más reducidas de CO2.
Sistemas ideales para las calderas de condensación
- Sistema de calefacción por suelo radiante
- Sistema de calefacción por radiadores de baja temperatura
- Sistema de calefacción/climatización por fan-coils de baja temperatura
Radiadores convencionales
Las calderas de condensación funcionan perfectamente en instalaciones con radiadores convencionales, obteniéndose igualmente, ahorros energéticos. No en vano, disponen de sistemas de regulación que se adaptan a la demanda de calefacción. Por lo tanto, al modular la generación de calor y reducir la potencia, pueden trabajar a cargas parciales, aprovechando, en ciertos momentos, el fenómeno de la condensación de los humos.
Por lo tanto, a igualdad de condiciones, se obtendrá mejor rendimiento estacional con una caldera de condensación que con una estándar, debiéndose traducir en ahorros energéticos. Se han realizado estudios comparativos en instalaciones con radiadores convencionales, obteniendo hasta un 15 % de ahorro energético con respecto a una caldera convencional.
Consejos prácticos de ahorro
La llegada del frío debe hacernos recordar esas recomendaciones útiles para ahorrar en la factura energética:
- No ventilar más de 5 minutos, tiempo suficiente para renovar el aire y no incidir en la inercia de la vivienda.
- Hacer uso de termostatos programables en una correcta ubicación.
- En las horas no calefactables, no permitir que la vivienda baje de los 18ºC.
- Bajar persianas de las estancias no habitadas.
- Dejar espacio sobre y alrededor de los radiadores (no taparlos) para favorecer una correcta transmisión y distribución del calor.
Si deseas conocer qué cuatro calderas de condensación ha seleccionado como las mejores del mercado la Organización de Consumidores y Usuarios (OCU) puedes pinchar aquí.